El jabón de avena es un clásico en todos los fabricantes de jabón ya sea este artesanal o no. Esto es porque todo está comúnmente extendido que resulta bueno para la piel. Y esto es cierto, pero ¿cuáles son esos beneficios?
Entre las propiedades dermatológicas de la avena, las que mas interesantes me resultan son el efecto limpiador que ejercen sus partículas sobre la piel y que, al estar compuesta de lípidos evita la deshidratación de la piel con lo que mantiene el efecto barrera de la piel.
También se puede destacar que, debido a su composición en fósforo, disminuye la dureza del agua con lo que ejerce poder suavizante. Y que las proteínas que la contienen contribuyen a mantener el pH 5,5 en la piel.
Además tiene un elevado poder hidratante y emoliente de la piel.
¿Cómo negarse a utilizar un jabón de avena? En la composición de mi jabón decidí ir más lejos, por ello incorporo germen de trigo que es una fuente importante de vitamina E la cual neutraliza los “radicales libres” que son responsables del envejecimiento de la piel.
Resumiendo: limpiador de la piel, potencia el efecto barrera de la piel, suavizante, mantenimiento del pH, emoliente, anti-envejecimiento.
Receta para la preparación casera de jabones de avena
Ingredientes:
jabón neutro, 1 pastilla de 200 gramos.
harina de avena, 100 gramos
agua, cantidad necesaria
Preparación:
Ralla el jabón y colócalo en un recipiente apropiado.
Cubre apenas con agua y lleva a baño maría, hasta que se derrita.
Una vez disuelto, añade poco a poco el harina de avena, revolviendo constantemente, para que se integre.
Retira del calor y espera hasta que entibie.
Modela las pastillas y deja enfriar completamente.